El paso del jardín infantil o preescolar a la escuela primaria marca un cambio importante, tanto para los niños como para sus familias.
En primer grado, los niños comienzan a adquirir más responsabilidades, rutinas nuevas y mayor independencia.
“¿Por qué las mañanas son tan caóticas ahora?”
“¿Cómo puedo ayudar con las tareas escolares?”
“No sé qué pasa en la escuela, y eso me preocupa…”
¿Te sientes identificado/a? No estás solo/a.
En este artículo encontrarás consejos prácticos y afectuosos para acompañar a tu hijo o hija durante esta transición tan importante.
- Inquietudes comunes de las familias al comenzar la escuela primaria
- Señales de que tu hijo/a puede estar pasando por un momento difícil
- 5 formas de apoyar a tu hijo/a durante esta etapa
- Aprender en casa: mejor si es con juego
- Nuestra historia: cómo superamos el inicio del primer grado
- ¿Dónde buscar apoyo si lo necesitas?
- Conclusión: crezcan juntos, paso a paso
Inquietudes comunes de las familias al comenzar la escuela primaria
🕘 Las mañanas se vuelven complicadas
La escuela suele comenzar más temprano que el jardín o la guardería.
Muchos niños aún no manejan bien el tiempo y las rutinas pueden ser difíciles.
Es normal escuchar frases como “¡Apúrate!” o “¡Vamos a llegar tarde!”
Y luego, sentirse culpable por haber perdido la paciencia.
👀 Poco contacto con lo que sucede en la escuela
A diferencia del preescolar, en la primaria hay menos comunicación diaria con los docentes.
Es común preguntarse:
“¿Habrá hecho amigos/as?”
“¿Le caerá bien la maestra o el maestro?”
🕓 Cambios en la tarde
Algunos niños participan en actividades extraescolares o programas de cuidado después de clase.
Otros pasan más tiempo en casa.
En ambos casos, surgen dudas:
“¿Estará bien acompañado/a?”
“¿Se sentirá solo/a?”
📚 Primeras tareas escolares
Las tareas o deberes escolares pueden ser nuevos en esta etapa.
Muchas familias se preguntan:
“¿Estoy ayudando demasiado o muy poco?”
“¿Estoy explicando las cosas de forma correcta?”
Señales de que tu hijo/a puede estar pasando por un momento difícil
😴 Llega a casa muy cansado/a
Los nuevos horarios, las reglas, el ambiente… todo puede resultar agotador.
Es normal que tu hijo/a llegue a casa y se duerma sin querer.
😶 Respuestas cortas o evasivas
“¿Cómo te fue hoy?” – “Bien.”
Tal vez no quiera hablar mucho. Eso no significa que algo anda mal, sino que necesita tiempo para relajarse.
😢 Cambios de humor o mayor sensibilidad
Incluso los niños más tranquilos pueden tener más rabietas, llanto o enojo.
Es parte del proceso de adaptación emocional.
5 formas de apoyar a tu hijo/a durante esta etapa
1. No busques la perfección
Tu hijo/a está aprendiendo. Y tú también.
Olvidar algo o equivocarse es parte del proceso.
En vez de retar por un olvido, puedes decir:
“¿Qué podemos hacer para que no se te olvide la próxima vez?”
Y si tú también pierdes la calma algún día, no pasa nada.
La clave está en crecer juntos, no en hacerlo todo perfecto.
2. Establece rutinas simples y claras
Las rutinas predecibles le dan seguridad a los niños.
Algunas ideas útiles:
- Preparar la mochila y la ropa por la noche
- Evitar pantallas apenas se despierta
- Usar una lista con dibujos o imágenes para que sepa qué hacer
Dormir y despertarse a la misma hora ayuda a tener mañanas más tranquilas.
El equilibrio entre sueño, alimentación y movimiento es fundamental.
3. Conversaciones cortas pero significativas
No hace falta una charla larga.
Lo importante es que tu hijo/a se sienta escuchado/a.
Si las preguntas generales no funcionan, intenta con otras más específicas:
- “¿Qué comiste en el almuerzo?”
- “¿Qué fue lo más divertido del día?”
- “¿Quién se sienta cerca de ti?”
También es útil hablar mientras hacen otras cosas juntos: meriendan, cocinan o leen un cuento.
4. Celebra los pequeños logros
Aunque parezcan cosas simples, para ellos/as son grandes avances:
- Ordenar la mochila
- Leer una página completa
- Amarrarse los zapatos solos
Dile cosas como:
“¡Qué bien lo hiciste tú solito/a!”
“¡Estoy muy orgulloso/a de ti!”
Estas palabras fortalecen su autoestima y motivación.
5. No tengas miedo de pedir ayuda
No estás solo/a.
Habla con los maestros/as, el personal escolar o los encargados del cuidado después de clases.
Ellos pueden darte una mirada distinta y útil.
Ejemplo:
“Mi hijo/a se muestra muy angustiado/a por las mañanas. ¿Han notado algo en la escuela?”
También puedes buscar apoyo en centros comunitarios, grupos de padres o servicios de orientación familiar.
Aprender en casa: mejor si es con juego
Aprender no tiene que ser aburrido ni durar horas.
Empieza con 5 minutos al día, de forma divertida:
- Leer juntos un cuento
- Hacer juegos con cartas, letras o números
- Preguntar durante la rutina diaria:
“¿Cuántas naranjas hay en la mesa?”
“¿Qué pasa si mezclamos azúcar con agua?”
Aprender jugando deja una huella positiva.
Nuestra historia: cómo superamos el inicio del primer grado
Mi hijo también tuvo un comienzo difícil.
Durante los primeros meses lloraba cada mañana y se dormía apenas llegaba a casa.
Hasta que un día me dijo con una gran sonrisa:
“Hoy hice un amigo.”
Desde ese momento, todo empezó a mejorar.
Lo que más nos ayudó fue recordarle cada día:
“No tienes que hacerlo todo perfecto. Estoy contigo.”
¿Dónde buscar apoyo si lo necesitas?
- Maestros/as o personal escolar: están acostumbrados a acompañar estos procesos.
- Grupos de padres/madres: en persona o en línea, compartir experiencias ayuda mucho.
- Servicios de apoyo comunitario o psicológico: para orientación personalizada.
Conclusión: crezcan juntos, paso a paso
El inicio de la escuela primaria no es una carrera. Es una etapa.
Recuerda:
“Así como tu hijo/a aprende a ser estudiante, tú estás aprendiendo a ser madre o padre de un estudiante.”
Con paciencia, cariño y confianza, lo lograrán. ❤️
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